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BIOGRAFÍA DE MARÍA PILAR QUERO ROMERO (Madrid 1946 - Alcorcón1995)

Autoretrato María Pilar Quero Romero

Los orígenes y la migración a Venezuela:

Nacida en Madrid a finales de los años cuarenta, fue la cuarta hija de cinco criaturas de la familia del matrimonio entre Francisco Quero y María Luisa Romero.

El matrimonio, tras emprender varios negocios en Madrid (transportes, un bar, una tienda de muebles…), al quedar en la quiebra, deciden probar suerte emigrando a América Latina.  Tras una breve estancia en Venezuela, regresan a España por motivos de salud de la matriarca.

Durante esta época Pilar, o Pilarín como la llamaban, está interna en un colegio de monjas en Madrid. Empieza a aparecer el interés por el dibujo, además de una personalidad rebelde, traviesa y fervientemente creyente en la religión católica, creencia interpretada en ciertos aspectos a su manera, característica que le acompañará hasta el fin de sus días. 

Pasado un corto periodo en el país de origen, en 1956 el matrimonio Quero Romero regresa al continente americano, esta vez a Brasil donde residía la mayor de sus hijas. En esta ocasión llevan consigo a Pilar que contaba con 10 años y a su hermana Isabel de 7. Pasado un año, la familia viaja a Caracas, Venezuela. Este país acogerá a los Quero Romero durante más o menos cuatro décadas. Las idas y venidas entre el país americano y el territorio de origen es una constante.

Estos viajes estimulan e inspiran a Pilar a lo largo de su trayectoria artística. Además, la partida del país de origen y la acogida en el nuevo territorio, produjo en la vida de Pilar un profundo anhelo de regreso a la patria que, cuando se cumplió al volver definitivamente a España en los años 80 del siglo pasado, se transformó en una constante nostalgia.


El desarraigo como sentimiento de estar sin estar en algún lugar. Cuerpo y mente desdoblados, separados.

En Venezuela a la edad de 11 años, Pilar comienza a realizar sus primeros retratos a lápiz y óleo. Participa en la redacción y diseño del periódico estudiantil El Escolar.

Diseño gráfico y el mundo publicitario:

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Con 17 años comienza a trabajar como diseñadora gráfica en publicidad, a realizar encargos y a vender sus propios cuadros.
Las pinturas de esta época son de carácter realista, copias de portadas de revistas, retratos de familiares y amigos/as. 
Bebe de lo cotidiano para crear.

A partir de este momento comienza su carrera profesional y artística que le lleva a trabajar en diferentes empresas venezolanas como diseñadora publicitaria y creativa: Canal 8 de televisión (CVTV), Poligráfica Industrial – Fotograbados Caracas, Publicidad CORPA, Públex S.A. En las diferentes agencias sustenta cargos de responsabilidad en los departamentos creativos.

Esta actividad la compagina con trabajos por encargo que realiza de manera autónoma. 
Además de cumplir con su frenética y productiva actividad laboral, participa en el Primer Salón de pintura del Instituto de Petroquímica venezolano, quedando finalista con dos óleos: “Rima en azul” y “Princesa en el paraíso”.

Su trabajo le permite ser una mujer independiente tanto en lo económico como en lo personal.

Su hermana Isabel la describe en el plano relacional como una persona “[...] arrolladora, ocurrente, divertida y atractiva. Todo el mundo quería estar con ella. Era extravagante porque quería serlo, porque era artista. Era una mujer adelantada a su tiempo”.

Su excentricidad puede comprobarse en sus múltiples cambios de look que le encantaba fotografiar. No obstante, aparecen las sombras de un fuerte genio y temperamento explosivo que desencadena en discusiones encarnadas, poco manejables e, incluso, con episodios un tanto violentos, normalmente iniciadas sin motivo aparente. Principalmente recaen en el entorno familiar y en mayor medida en la figura materna. Estos episodios empiezan a incrementar a partir de los 19 años.

La familia en ocasiones ve difícil el trato con ella. Incluso su hermana Isabel plantea la necesidad de acudir a un especialista. El desconocimiento de este tipo de situaciones, ligado al tabú de la época sobre lo psicológico y emocional, hacen que la familia justifique estos episodios como “ataques de excentricidad o arrebatos de una chica consentida”. Eran los años donde lo psicológico lo trataba “el loquero” y tener a alguien cerca que lo necesitara era tener un estigma familiar y, por extensión, social.

 

En 1971 regresa a Madrid donde trabaja en Publicidad IBU, al tiempo que comienza sus estudios de preparatoria en Bellas Artes, aprendizaje que veía necesario para ampliar sus conocimientos y técnicas artísticas.

Más allá de Madrid y Caracas:

En 1972 viaja a Londres para aprender inglés, principalmente motivada por la música de The Beatles y otros grupos de habla inglesa, dado que una de sus pasiones era la música. Esto le llevará a intentar aprender a lo largo de su vida diferentes idiomas como alemán, italiano, francés, portugués... Aprovecha la experiencia para participar en cursos de ‘Arte Puro’ que se imparten en Reino Unido.

En el año 1974 viaja de Londres a Caracas donde trabajará en publicidad en una de las agencias anteriormente mencionadas: Públex S.A.

Tras cuatro años de productiva y creativa labor como diseñadora gráfica con influencia psicoldélica por su estancia londinense y propia de la época, regresa a Madrid con intención de dedicarse a la pintura y continuar con sus estudios en Bellas Artes.

En 1979 viaja a Holanda para realizar un curso de litografía y colaborar en diferentes proyectos publicitarios, y puede que para chapurrear algo de flamenco. 

Más allá Tee Koop

Regreso a España, creación y maternidad:

Regreso a España, creación y maternidad
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A finales de 1979 vuelve a Madrid para continuar sus estudios. Allí supera el examen de ingreso de la Facultad de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid.

En 1980 contrae matrimonio y continúa sus estudios. A partir del año 1981 pasa una temporada en la Universidad Politécnica de Valencia. En esta universidad conoce a Carmen Castaño, manteniendo su amistad de manera epistolar y telefónica al volver a Madrid. Parte del embarazo de su primera hija sucede en Valencia.  
 
En 1983 nace Gisela Valentina y en 1985 Pamela Carolina. Ambas con cesárea y con algún que otro problema. Pilar afronta la maternidad a partir de los 37 años, edad tardía según los estándares de la época.

La vida familiar no le impide continuar con su producción pictórica. Los cuadros en esta época tienen una alta carga social, inspirados en varios sucesos que acontecen en esos años. Hechos como el golpe de Estado y el envenenamiento de parte de la población española por la adulteración del aceite de colza de 1982; la entrada del Estado español en la O.T.A.N. en 1986, la movida madrileña, la liberación sexual, el problema de las armas nucleares, etc., son hitos que aparecen como temas recurrentes en esta época de desarrollo artístico, aunque puede que estuvieran ya presentes en su pensamiento: la guerra, la paz, la destrucción de la vida, el poder, la hermandad entre pueblos, la situación de los presos/as en las cárceles, la belleza, las relaciones sexo-afectivas… y los dilemas que le generaban estos temas.

En 1984 realiza su primera exposición individual en el Centro Cívico Social de Alcorcón. Además, en este mismo año aparece en el Boletín del Registro de la Propiedad Industrial el diseño de una lámpara de su creación. Un gran culo que emula el hongo atómico, “el gran pedo de la humanidad”,como diría cuando se refería a este tipo de armamento. La guerra atómica/nuclear y la destrucción de la humanidad y el resto de las formas de vida de la mano del ser humano era otro de los temas a los que dedicará pensamientos y esfuerzos artísticos.

A partir de este momento empieza adentrarse más en la corriente abstracta, en la proyección geométrica que acabaría ligando a su profunda fe religiosa. Sus dos últimas exposiciones son en el año 1986, en la galería de arte Acuarela y en la Feria de Muestras del municipio de San Martín de Valdeiglesias. 

En 1988 continúa sus estudios de Bellas Artes en la Complutense. Por motivos personales no conocidos, abandona en ese mismo año su formación.

Separación y aislamiento profesional:

Durante esos años la relación conyugal, que había sido de equilibrio junto a su propia experiencia materna, empieza a deteriorarse, lo que la lleva a tomar la decisión en 1990 de iniciar los trámites de separación “por incompatibilidad de caracteres”. En este año registra en el Registro de la Propiedad Industrial su marca personal: su firma formada por una M, una P y una Q.

El curso 1990-1991 hace un nuevo intento de finalizar su formación en Bellas Artes, ahora bien, sin llegar a término. Han pasado diez años y mucha vida desde que iniciase la universidad.

Durante estos años la constante búsqueda de trabajo no ha dado frutos. Pilar lo sigue intentando presentando candidaturas a diferentes empresas (L’Oreal, Canal +...). Todas son rechazadas. Gracias a la manutención mensual que le pasa el padre de sus hijas pueden seguir adelante.

Su trabajo materno de cuidados y crianza lo desarrolla de una manera impecable. Puede que no haya para caprichos; ahora bien, Pamela y Gisela tienen una madre cariñosa, que marca límites para que sean autónomas, divertidas, alegres, melómanas, activas, observadoras de la belleza natural que las rodea y las cría en el amor, a respetar la vida en sus diferentes formas, en desarrollar la creatividad, en la bondad, en la generosidad… Una mezcla de valores ligados a su cristiandad y a su manera de ver la vida como un regalo para ser feliz y gozoso.

La relación con el padre de sus hijas es escasa. No se ven y, de ser así, es para celebraciones relacionadas con eventos vitales de sus hijas. La comunicación es telefónica.

La relación con su familia es poco cercana. Por una parte, por motivos geográficos dado que dos de sus hermanas viven en Venezuela y el hermano en Toledo. La relación con su madre a raíz de la muerte de su padre, si siempre fue tensa, se enfría más. Viven a escasos diez minutos la una de la otra.  Alguna vez Pamela y Gisela pasan las tardes en compañía de su abuela materna.
 
Pilar en Alcorcón no tiene amistades. Y puede que ni en todo Madrid. Su situación de mujer separada en los años 90 no se lo pone fácil para trabar amistades con el resto de mujeres del barrio. No encaja con las demás madres que hay en la puerta del colegio. Su excentricidad de artista sigue presente. Decora sus chaquetas con abalorios, parches, peluches y lleva gafas estilo Ray-Ban con monturas de colores. Una adelantada a su tiempo. Básicamente está ella con sus dos hijas, con las que comparte sus ideas y pensamientos. Sus tormentos.

Su actividad pictórica disminuye considerablemente. Únicamente le llama la atención la abstracción y la geometría para pintar. Pese a esta tendencia, trabaja en un retrato de su hija Gisela.

El sufrimiento psíquico y la desconexión:

Desde finales de los años 80 la escritura empieza a tomar mayor protagonismo. Siempre ha estado presente, aunque las artes plásticas tenían mayor peso que las letras. Manda  varios de sus escritos al periódico El País, pero son rechazados.  Escribe de manera compulsiva lo le que atraviesa la cabeza: ideas sobre su concepción del mundo, del estado del país, sobre la O.T.A.N., sobre E.T.A., sobre la guerra de los Balcanes, en torno a la creación del gran diseñador que es Dios… Y entonces llega el año 92’. Algo termina de romperse para Pilar.

A partir de este año todo estalla. Empieza a hablar sobre un complot que hay contra su persona. De cómo el Estado ha instalado un equipo de filmación en el piso de arriba para grabar sus pensamientos, sus ideas, su obra de “genio universal”. De cómo los aviones militares pasan constantemente por el cielo (empieza a poner bolsas de plástico en las plantas de los balcones para espantarlos). Todo este complot se inició cuando expuso sus cuadros en el Centro Cívico de Alcorcón y cuando quiso publicar sus escritos en El País. Su obra había molestado a alguna persona del gobierno, en concreto a una: Carmen Romero, la mujer de Felipe González. Acusa al gobierno de terrorismo de Estado hacia su persona y hacia sus dos hijas. Y exige una indemnización por todos los derechos humanos que se están violando con esa actividad, junto al expolio de sus ideas y pensamientos científicos.

Sus escritos giran en torno a esta idea y a sus asuntos recurrentes, los temas que le preocuparon desde siempre aunque empiezan a entremezclarse y difuminarse de manera confusa. Lo único claro que tiene es lo maravillosa que es la vida con sus formas y que todo es gracias a la obra del sumo creador, Dios.

Dentro de sus razonamientos considera la geometría como un designio divino. De ahí que en su última época pictórica, de dibujos y de escritos, esté muy presente. Al igual que los colores fluorescentes.

En 1993 dentro de sus anotaciones aparece un personaje que, comenta, ve con colores “fuertemente azules luminosos”, que le transmite ideas sobre cómo es el mundo inmaterial, el mundo que denomina de las ánimas, a través de telepatía. La persona que se comunica con ella es un militar asesinado por E.T.A. Este año es el que cuenta con mayor volumen de diarios con ideas complejas y bellamente adornados en sus colores flúor, colores que liga a la energía que tenemos todas las criaturas vivientes. Admira profundamente a Vicent Van Gogh, ya que “podía visualizar la energía incluso en la materia como demuestra en su cuadro de la Iglesia de Auvers pintado en febrero de 1890”, escribía en uno de sus diarios.

En 1994 decide viajar a Venezuela con sus dos hijas, escapando de la persecución y espionaje a la que está sometida. Tras pasar tres meses con la familia que queda allí (su hermana Carmen, e Isabel) en Caracas y alrededores, regresa a España. Durante esta estancia realiza varios dibujos en su bloc de viaje con ceras o crayon. Principalmente retratos de su hija Pamela y dibujos geométricos.

Sufrimiento psíquico y la desconexión

Aislamiento institucional y suicidio:

Aislamiento Institucional y suicidio

En 1995 continúa con sus ideas persecutorias hacia ella y su obra, pasando horas encerrada en su estudio, escribiendo e interpelando a las personas que viven arriba por todo lo que están haciendo contra su persona y sus hijas.

Pese a su malestar, este no impide que atienda a sus criaturas de manera adecuada. Gran parte del día lo pasan en el colegio. Por la tarde están estudiando y jugando en casa, ya que no les permite jugar en la calle y/o visitar otras casas, salvo que fuera el cumpleaños de alguna compañera de clase.

En octubre del 95 un vecino/a llamó a la Policía. Cuando por la tarde las niñas llegaron del colegio, su madre no estaba, sino su padre. Este les explica que han llevado a su madre al hospital. No se sabe por qué, por qué se la llevaron, por qué un vecino/a llamó a la Policía. ¿Qué le pasó a Pilar para esta intervención por parte del entorno social? Desde octubre a noviembre está ingresada en el Hospital Universitario Jośe Germain de Leganés. La etiqueta diagnóstica que le aplican es de esquizofrenia. Desconocemos lo que sucede en esta institución más allá de que pintó figuras geométricas, y que escribió implorando a Dios.

Su firma, siempre recta, era un garabato tembloroso.

Durante el internamiento de Pilar, el padre de Pamela y Gisela se instala a vivir con ellas. Reciben el apoyo de los servicios sociales de Alcorcón.

Pilar, al recibir el alta médica, regresa a casa con una carta del doctor que la atendió, que escribe: “Recuerde, los médicos siempre están de guardia”, y con varios fármacos a los que muestra rechazo. Su hija Gisela se encarga de suministrarle la medicación. Continúa escribiendo y mascullando que siguen atentando contra su persona.

Se acercan las Navidades, fiestas especialmente queridas y celebradas por Pilar durante toda su vida. Este año pasará la Nochebuena con su familia en Toledo. Pamela y Gisela pasan dicha noche con su padre y su compañera sentimental.

 

De vuelta a Alcorcón, Gisela tiene una conversación con su madre. Ella no quiere tomarse la medicación. Dice que “me deja como una bayeta que no puedo pensar”. La niña solo se remite a contestarle “tienes que tomártela. Lo manda el doctor”. Pilar le pide a Gisela que por favor, no le diga nada a su padre.

El día 30 de diciembre, no fue el despertador el que alertó a Gisela para ponerse en pie para darle la medicación a su madre. Fue el sonido del timbre de la puerta de entrada a la vivienda. La vecina Angelines era la que llamaba y pedía que “abriera la puerta, por favor”. Y tras abrirla, entre lloros, Angelines le comunica que su madre ha muerto.

El 30 de diciembre de 1995, Pilar Quero Romero de 49 años decidía terminar con su vida, terminar con su sufrimiento, su soledad y aislamiento  socio-profesional. Decidía arrojarse desde el balcón de su casa porque “no aguantaba más” y, como escribía, “la muerte es un estado de la materia”. Arrojarse y ser acogida por Dios, quien siempre estuvo con ella y la acompañó. Cumplir su fe y creencia de unirse con el creador sumo de la vida, del universo y de todo lo que alberga. Abrazada por un diseñador/creador/artista como ella. Solo él la pudo entender.

A partir de este día Pamela y Gisela comenzarían su recorrido, desconectadas de la matriz biológica, conectándose a otra matriz, de creación y construcción propia, formada por diferentes personas que atravesaron/atraviesan y compartieron/comparten su vida. Con un legado que proteger y defender: el amor por y hacia la vida.
En todas sus formas. 

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