REFLEXIONES
Imagen de Mudassir Ali en Unsplash
ESCUELA DE SURF
(Noviembre de 2023)
Son muchos los momentos y personas que a lo largo de mi vida han estado ahí, sosteniéndome y ayudándome a manejar diferentes emociones. Pero si hay que pensar en uno, creo que no voy a ser muy original, enseguida me viene a la cabeza la dichosa pandemia. De repente todo lo que conocíamos cambió, nuestras mal entendidas “certezas” se hicieron añicos y la realidad transformó el mundo en un lugar inhóspito y peligroso. Como vaticinan algunas películas y novelas, el holocausto zombie estaba aquí y yo con estos pelos.
Un periodo de nuestras vidas emocionalmente intenso. Para mi cargado de desesperanza, sentimientos de culpa, enfados, miedos y una sensación de vértigo permanente.
Fue en ese espacio de tiempo en el que todo parecía haberse ido al mierda, donde encontré un apoyo que me ayudó a no dejarme arrastrar por el oleaje emocional, a ir reubicándome ante los cambios de timón constante, a ir aprendiendo a manejar las marejadas de incertidumbre.
Las personas que me guiaron y me dieron soporte, siendo como una brújula emocional y un oasis de calma en la tempestad, fueron mis compañeras de La Periférica. Me brindaron escucha y presencia. Un apoyo constante hecho de palabras y mensajes tranquilizadores, ausente de juicios, con una mirada amplia llena de deseos compartidos. Le dieron varias vueltas a la tuerca en busca de juegos ilusionantes, compartiendo momentos de risas y, cómo no, también algunos de dolor. Y aunque ya lo sentía, reconecté con al fuerza de su apoyo y el agradecimiento de tenerlas en mi vida y de formar parte de un equipo que ante la adversidad se mira, se cuida. Fueron unas manos que me ayudaron a mantener el equilibrio en la tabla e ir surfeando ola, tras ola.